lunes, 29 de abril de 2013

OTRA FORMA DE ORDENAR EL TERRITORIO

Lo que se debe evitar es expoliar el paisaje natural y cultural que le da origen al turismo y de pensar sólo en la renta del suelo en forma desmesurada. Es necesario formular el problema de otra manera. 

La consecuencia de planificar mal para el turista y muy mal para la población anfitriona (Ascanio, 2.004), lo que produce es la aparición de enormes bolsas de residencias turísticas sin equipamiento recreativo y con muchas debilidades infraestructurales, pero lo que es peor, espacios residenciales marginados para los trabajadores dedicados a ser los anfitriones en estos espacios lúdicos. 

Este artículo propone una política turística para ordenar los territorios turísticos de una manera diferente  como se han ordenado para el turismo de masas y en especial para el turismo de sol y playa. Más concretamente, defiende la idea de que la planificación del suelo turístico debe ser diferente a la planificación del suelo urbano para crear ciudades residenciales, porque el turista no reside sino simplemente se aloja con el fin primordial de percibir pseudo eventos al proyectar sus fantasías y comportamientos con el fin de solazarse con los equipamientos recreativos y con las simbologías culturales.  El análisis de dos enfoques diferentes y contrastantes, o sea el turismo socialmente sustentable que se desea para las zonas periféricas aledañas a la ciudad de Fortaleza y en el Atlántico nordestino por una parte y por la otra, el turismo masivo promovido por el Estado para asegurar un comercio internacional al exportar escenarios lúdicos y en manos de las grandes trasnacionales y empresas poderosas mexicanas, sugiere claramente que habrá que buscar formas mixtas para lograr del turismo los mayores beneficios para todos los interesados
  


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